viernes, septiembre 17, 2004

Belleza detrás de la barra

Te veo detrás de la barra, sirviendo tragos de forma automática para la gente. Tu sonreir es algo forzado y esto se nota, sobre todo tus sonrisas para con los hombres a los que se les ocurren siempre las mismas líneas de levante. Y no salen de ahí, nunca lo harán y es por eso que no están con vos.

Pero tenés que sonreir a pesar de todo, eso te dijeron al darte el trabajo. Y tenés que interactuar mínimamente ya que muchos de esos hombres están allí no por el lugar, no por las demás mujeres, no por la música sino tan sólo por vos. Tu misión es venderles los tragos y una leve esperanza de algo que nunca será.

Tu cara denota tristeza. Resignación más allá del lugar y de las horas. Pero sos hermosa y por eso estás donde estás. Sos hermosa y por eso tenés que soportar que te digan lo que te dicen. Sos hermosa y es por eso que tenés que lidiar con todos los pensamientos caídos de lugares comunes que la gente tiene sobre vos.

Observo tus movimientos con cuidado. Capturo tu belleza en el papel a través de estas líneas. Admiro tu dorado pelo cayendo hasta la mitad de tu espalda, la porcelana nívea de tu piel. Imagino la hora de la salida, rumbo a tu casa. Imagino la forma en que te desahacés de los últimos borrachos que se ofrecen a llevarte en sus autos. Imagino lo desagradable de la situación. Es que es todo tan común, tan vulgar, tan poco original. Una imagen transformada en un cliché salido de un libro de Bukowski.

Ahora te imagino llegando a tu casa y acostándote. Al apoyar la cabeza sobre tu antebrazo te llega el olor del humo de cientos de cigarrillos que se han pegado en tu piel. Y supongo que es en ese momento cuando finalmente volvés a caer en el mismo pensamiento de todas las noches: "¿Hasta cuando?".

Mientras te observo desde una mesa algo alejada estoy escribiendo todo esto en una pequeña libreta. Tal vez me anime a arrancar esta hoja y dártela para luego salir corriendo del pub. O tal vez no, y esta hoja sólo pase a formar parte de un post para mi blog.

Por lo visto soy un cobarde sin cura.

4 comentarios:

Adriano dijo...

No sé si cobardía. Yo lo llamaría exceso de cautela, aquello que les falta a los borrachos que se acercaron a la barra solo para levantársela.

juanba dijo...

Je! Si hay algo que me caracteriza con las mujeres es mi maldito exceso de cautela!

Magic dijo...

Tal vez estuvo esperando que le digas algo, y nunca lo hiciste por exceso de cautela :)

juanba dijo...

Magic: Parece ser que "exceso de cautela" es la idea que ronda en los comentarios :)

Salutes