miércoles, febrero 16, 2005

Las horas bajas

El nadir de mi día comienza cuando me invaden los pensamientos sobre vos. Bajamar, el agua de los pensamientos rutinarios diarios se retira suavemente dejando al descubierto la arena de los recuerdos en donde yacés vos, ahora en otro lado, lejos, con tu vida, diametralmente opuesta a todo lo que querría yo que tuviéramos en común.

Y es que así son hoy por hoy las horas bajas de mis días, en el final de las tardes. Un conjunto de imágenes se desprende de todo esto, puedes imaginarlas ¿verdad? Un disco de jazz que suena desde mi cuarto y que de a poco invade de notas menores toda la casa hasta ir colmando de a poco los espaciosos cuartos vacíos; ahora se escucha "Moanin'..." de Charles Mingus.

Los últimos rayos de sol, vestidos de un naranja-dorado furioso, entran por mi ventana pero no alcanzan para colorear la azulada atmósfera de mi cuarto cubierta de notas tristes producto de un melancólico contrabajo que todavía continúa sonando por acá.

Una taza de café descansa junto al teclado que recibe a través de mis dedos el resultado de la sinápsis producida en mi cabeza, todavía nublada por espesas nubes de vos. El resultado es este lamento solitario, uno más de los cientos que se pueden percibir a esta hora en esta ciudad, lamento que se digitalizará definitivamente dentro de algunos segundos más para luego ser leído por algunas personas online que tal vez también se encuentren en ese momento particular nacido de las horas bajas de sus días.

miércoles, febrero 09, 2005

"Despierto"

Hace un rato he despertado en un lugar que no reconocí. Estaba en una habitación blanca, fuertemente iluminada por una luz nívea pero sin embargo no pude encontrar fuente alguna de luz desde donde ésta proviniera. Todo estaba extremadamente limpio y en la atmósfera del lugar se respiraba un aire muy puro.

Me encontraba acostado en una cama, me sentía muy débil, tenía el pelo corto, mi barba había desaparecido y mi cuerpo era casi lampiño. En realidad no era mi cuerpo, ya que era un cuerpo débil y de contextura muy delgada, en extremo delgada. Mi piel tenía un blancura aséptica.

En un momento dado me desesperé, recordé toda mi vida y tuve la sensación de que todo había sido un sueño, como que me había encontrado en un estado de coma desde que nací. Toda mi vida, mis recuerdos, mi familia, mis amigos, mis estudios, mi trabajo... Tuve la extraña sensación de que nada de eso había existido jamás en realidad. Que sólo habían sido un producto de mi mente estacionada en un largo sueño REM.

Al momento de darme cuenta de todo esto, escucho un extraño zumbido proveniente de un aparato situado sobre una especie de soporte al lado de mi cama. De éste salía un cable que en su extremo tenía un electrodo que a su vez estaba pegado en mi muñeca izquierda. El aparato no parecía de fabricación humana, digo, era muy extraño. No tenía botones, solo tenía una luz azul que había empezado a titilar al momento que escuché el extraño zumbido.

Pocos instantes después se abre una puerta automática oculta en una de las paredes de la habitación. Entran dos hombres realmente altos, de contextura física robusta, arios, cabellos rubios casi blancos, ojos de un azul profundo. Me miran, uno pasa hacia la cabecera de la cama, empieza a deslizar la cama suavemente, está tenía una especie de rueditas en las patas. El otro tan sólo me mira y va a mi caminando a mi lado.

Salimos por la puerta. Del otro lado, y al cerrarse la puerta de forma automática, distingo unos símbolos escritos sobre la misma.



Yo no podía hablar, me refiero a que no me salía la voz, no podía modular las palabras, mi cerebro enviaba las frases que surgían de la sinapsis de mis neuronas pero nada salía de mi boca.

Vamos por un largo pasillo, todo era luz blanca, no distinguía los vertices de las paredes con el suelo, todo parecía ser una gran masa de luz, sin embargo la cama se deslizaba sobre algún tipo de superficie, y mis acompañantes pisaban firme sobre lo mismo.

Se abre una puerta, un extraña luz gris se proyectaba desde esta nueva habitación. Entramos. Me dejan frente a otra puerta de aspecto metálico, uno de ellos se sitúa atrás de lo que parecía ser un holograma de un tablero de funciones con botones virtuales, cada uno de ellos formados por proyecciones de luces de distintos colores.

Se abre la puerta metálica delante de mi. El otro empuja la cama hasta dejarme en lo que parecía ser una especie de ascensor fuertemente iluminado. Retrocede nuevamente hacia la habitación. Se cierra la puerta de aspecto metálico, me encuentro nuevamente solo dentro de aquél cubículo de luz.

Siento temor, no, más bien preocupación.

No percibo que lo que yo suponía era un elevador se moviese, no noto que ascienda ni tampoco que descienda. Ahora se escucha otro zumbido. Me mareo, mi visión se nubla, mi mente empieza a bombardear imágenes de cuando me estaba levantando hoy a la mañana en casa, de cuando salía hacia la oficina.

Abrí mis ojos, de vuelta siento que me llevan por el pasillo de luz de vuelta hacia la habitación en donde desperté originalmente.

- Es el cuarto "despierto" que tenemos en menos de dos kines -le dice uno de los hombres al otro.
- Algo extraordinario está pasando, aunque todavía falta tiempo.
- Son señales, están empezando a despertarse de a poco.

Levanto mi mano y le tomo la muñeca a uno de aquellos tipos. Seguía sin poder hablar.

- Tranquilo -me dice- ya falta poco para que conozcas la verdad.

Todo se nubla. Caigo a esta realidad. Abro mis ojos. Soy yo nuevamente, es mi cuerpo, toco mi cara, mi barba, mi pelo largo.

Me encuentro que estoy logeado al blogger escribiendo esto.

Que alguien me explique -por favor- porqué me está pasando todo esto.

sábado, febrero 05, 2005

A ella...

Si en tus ojos ves tristeza,
en los míos verás contención.

Si en tus ojos ves sinsentido,
en los míos verás destino.

Cuando te sientas triste, perdida, sin rumbo;
cuando no sepas qué hacer,
cuando sientas que estás en el aire,
ya sabes que hacer.

Cuando tengas ganas de desaparecer,
cuando sientas que ya nada tiene valor,
cuando te hayas aburrido de todo y todos,
ya sabes donde encontrarme,
ya que aquí estaré.

martes, febrero 01, 2005

Llevarte conmigo

Tengo todo planeado. Maya me ha generado una serie de números mediante complejas fórmulas matemáticas, empleando fractales generados a partir del procesamiento de los valores de las ondas de sonido de esa canción que compuse para vos.

Todo es cuestión de tiempo, tan sólo un poco más. Y si a la ciencia le agregamos un poco de fé y una gran dósis de amor, sé que esos serán los números ganadores. Con el dinero que gane dejaré todo atrás, todo lo que me ata a esta rutinaria vida en la sociedad. Mi primer parada será tu ciudad, cuando me veas llegar a tu casa tal vez no te lo creas, pero yo te abrazaré y te mostraré mi mejor sonrisa, y esa será la mejor sonrisa que alguna vez se haya dibujado en mi rostro. Con esa sonrisa entenderás todo.

Mientras te vaya contando la historia de mi sueño empacaremos tus cosas, no mucho, sólo lo necesario. Luego será el momento de despedirte de todos aquellos a los que quieras.

Nos tomaremos de las manos.

Y entonces el mundo será el límite, nadie ni nada más.