miércoles, febrero 28, 2007

Febrero

Mirando sin ver a través de la pequeña ventana descubrió los primeros rayos del alba resplandeciendo sobre las turbias aguas del Ganges. A pesar de lo temprano de la hora una procesión fúnebre ofrendaba al río el cadáver del que en vida parecía haber sido un simple hombre más de esta ciudad. Ni una lágrima entre la concurrencia, por el contrario, se asomaban sonrisas por sobre los rostros de los presentes mientras desfilaban respetuosamente para saludar a la familia del difunto. Al ver lo maravilloso de aquella escena no pudo más que pensar en lo realmente claro que esta gente tenía el sentido de la vida y, por lo mismo, el significado verdadero de la muerte como parte de ella.

Por un momento quitó su vista de la ventana y miró distraídamente la fecha en el calendario colgado en la pared del fondo de la pequeña habitación. Fue entonces que de repente cayó en cuenta del mes en que estaba viviendo y junto con ese darse cuenta lo asaltaron los recuerdos sobre ese mismo día pero del año anterior. Aquello que Febrero supo traer a la vida en su primer día, aquel amor que lo marcaría para siempre por el resto de su vida. Ella, en la otra punta del mundo, vaya uno a saber qué estaría haciendo por esos momentos, qué sería de su vida. Hacía un año ya de esa última noche que, de vuelta en Argentina, estuvieron juntos abrazados en su cama, un día antes que ella partiera para su ciudad.

- Te quiero -le dijo él mientras le daba un beso en la frente.
- Yo también -contestó ella con los ojos cerrados, muy pegada a él.
- Pero yo más de lo que te puedas imaginar...

Ella siguió sin abrir los ojos aunque esbozó una leve sonrisa al escuchar estas últimas palabras suyas.

Aquella noche la música los envolvió hasta que se quedaron dormidos. El aire, particularmente frío para ser Febrero, los hizo acurrucarse el uno contra el otro bajo las sábanas hasta fundirse ya en sueños en un sólo ser.

Antes de que lo atacara la melancolía, y junto con ésta las ganas de llorar, se recordó a si mismo que en ese primer día de Febrero en India no habría lágrimas. Sí, tal vez nunca más la volviera a ver, y eso sería en cierto sentido similar a lo ocurrido con la muerte de aquel hombre y lo que ello significaba para sus seres amados, porque viéndolo desde el lado real, el no volver a verla no simbolizaba para nada algo malo, sino que por el contrario, significaba que ella viviría por siempre dentro de él.


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Hoy, último día de éste mes, un relato inspirado en el primer día de Febrero.
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