Es posible que te resulte extraño, generalmente es así, pero aunque casi nunca suceda, no tengas la menor duda de que no es así, lo más importante es mantener la mente abierta alejando las ideas previas que pueden ser erróneas, aunque hay (a veces) situaciones similares que se perciben bastante diferentes y tal vez no sean lo mismo, aunque parezcan iguales. Si, por el contrario, se llega a pensar que de otra manera sería distinto se incurre en interpretaciones erróneas que pueden llevar a las conclusiones ya mencionadas. De todas maneras, la idea toma forma y parte desde un principio y forma parte, también, de un final, y éste es el mejor comienzo. ¡Ojo!, no hay que dejarse llevar por los senderos laterales del pensamiento si lo que se busca es objetividad, por que en el entusiasmo bien administrado se hallan las mejores soluciones, y éstas componen, al final, el punto de partida de toda conclusión. Por lo tanto, teniendo en claro estos principios, no hay mejor manera de terminar el día que empezarlo con un buen desayuno.
1 comentario:
Tengo el mal hábito de pensar sistemáticamente las cosas, encontrarle la vuelta analizando continuamente escenarios para ver qué se me escapa, y en todo caso, encontrarle la vuelta y elegir el mejor camino a partir de eso.
¿Será que de esa manera pierdo objetividad, porque pienso todas las opciones? ¿Será que la racionalidad extrema de este ejercicio me impida relajar mi cabeza y tomar una decisión precipitada, impulsiva y (en una de esas) acertada?
Coincido en que la mejor forma es empezar el día con actitud Zen y desayunando, mientras leo mails y posts ajenos.
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