miércoles, mayo 10, 2006

Factor X

De chicos rara vez tocábamos el tema más allá de que siempre nos reconocíamos al vernos. Era fácil identificarnos entre los que habíamos pasado por la misma experiencia, lo sentíamos simplemente con sólo mirarnos, un destello en los ojos y una percepción mutua de sabernos especiales sin saber exactamente por qué.

Recuerdo cuando mi madre me llevó por primera vez al edificio donde todo comenzó. Era una torre de concreto que contaba doce pisos. Ya dentro el mobiliario era de un estilo funcional, claramente característico de principios de los ochenta, muy moderno para la época, o eso por lo menos es lo que me sugieren las pocas imágenes que todavía conservo en mi mente sobre aquel lugar. En esos años un edificio con esas características en una ciudad tan chica como la mía era algo que llamaba la atención, claro que nadie se molestó por indagar más sobre qué era exactamente lo que funcionaba allí.

Yo tendría uno seis años por aquel entonces. Recuerdo que entramos, pasamos el lobby y mi madre que empezó a hablar con una mujer que estaba sentada tras un escritorio de vidrio. Esperamos un rato hasta que nos llamaron. Un hombre con unos ojos grises que jamás olvidaré saludó afectivamente a mamá, parecía conocerla de algún lugar. Recuerdo patente el color de sus ojos por la simple razón de que nunca en mi vida vi a alguien con esa coloración de ojos, eran de un profundo color gris plata.

El hombre posó una de sus palmas sobre mi cabeza y me sonrió. Seguidamente pasamos los tres por un pasillo estrecho y muy iluminado hasta llegar a lo que parecía ser un elevador. Ambas puertas metálicas, de un aséptico y pulcro acero platinado, se abrieron automáticamente. Dentro del cubículo no había comandos, sólo el espacio fuertemente iluminado por unas luces fluorescentes en la parte superior. El hombre me hizo un gesto como para que entre y yo entré. Me dijo que se quedaría allí con mi madre sólo unos instantes, que no me asustara, que no había nada que temer. Al cerrarse de nuevo las puertas sentí como un ruido a máquinas, algo similar al sonido que producen los aparatos que toman tomografías computadas cuando escanean a un paciente. Instantes después sentí un mareo muy fuerte aunque no lo suficiente fuerte como para que perdiera el equilibrio y cayera, aunque casi. Eso fue todo.

Alguna que otra vez en el colegio, y siempre entre los que nos reconocíamos, charlábamos del tema pero invariablemente nos quedábamos con más interrogantes que respuestas. Martín, Pablo, Sebastián y yo. En el instituto de inglés nos reconocimos con Claudio y Marcelino. Todos habíamos nacido en 1975 por lo que teníamos la misma edad, esa coincidencia parecía ser lo único en común entre nosotros, eso y el hecho de haber estado con nuestras madres en el edificio aquel.

Desde el momento en que se nos sometió a esa extraña experiencia cada tanto pasábamos en grupo frente al lugar y mirábamos disimuladamente en dirección a la entrada más allá que los vidrios polarizados de dorado siempre nos impidieron ver qué ocurría allí dentro. Con el tiempo, al ir creciendo, de a poco me fui animando a pasar solo por allí. Siempre observé y sentí lo mismo: aquel portal y los vidrios polarizados, las mismas dudas y siempre esa extraña sensación en el estómago que me impedía acercarme demasiado. Todo esto hasta la semana pasada, cuando al pasar por la entrada, un par de ojos grises llamaron mi atención.

Estaba algo más viejo pero lo reconocí en el acto. Hirschfeld dijo llamarse cuando se presentó, no hizo falta que me presentase, ya sabía quién era yo. Como hace años me invitó a pasar y pasé. Ya en el lobby de entrada y para mi sorpresa, luego de un largo tiempo sin ver a muchos de ellos, allí estaban Martín, Pablo, Sebastián, Claudio y Marcelino. Todos nos mirábamos con la misma cara de asombro y antes de poder siquiera empezar a hablar, Hirschfeld soltó una frase que captó de inmediato nuestra atención:

- Bueno, caballeros, creo que ha llegado la hora de decirles quienes son en realidad, por qué están aquí y con qué objetivos es que han llegado ustedes a esta vida. Como introducción sólo puedo decirles que el momento ha llegado y que ya es hora de empezar a cambiar algunas cosas en este mundo.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

noooo
Otra vez, me vas a matar con tus historias.
Muy manga!

Quizás se queda un poco corto, me hubiera gustado saber más sobre el narrador.

Pero es lo que pasa cuando Juanba escribe, que siempre me deja con ganas de una maldita segunda parte!
Te juro que te dejaré de leer! ;)

Si hubieras incluido un personaje femenino, podría haber imaginado que son una especie de elegidos para crear a "un Juanba" que tendrá un blog con segundas y terceras y cuartas partes...
:P

O una nueva continuación erótica¿?¿
¿Qué me dices???

Anónimo dijo...

jajajaja IDEM a MALEVOLIA. Sin obje
tar nada. Vamos por el final!
MUY BUENO LO TUYO, JUANBA (como siempre). Cariños desde la 2da ciudad de La Pampa...

juanba dijo...

Carol: Es que en realidad todas mis historias tienen "segundas partes" pero las publico en mi blog secreto ¿Es que acaso nunca te di la dirección? ¿No? Uy! ¡Qué lástima! jajajaja...

¿Una nueva continuación erótica? ¿Cuando todos los personajes son hombres? Hmmmmm ¿qué cosas pasan por tu cabecita estimada Malevolia? ¿Querés que entre el jardinero con las botas "haciendo juego"? jajajajaja!

Adriana: A ver, siento volver a desilusionarte pero éste tampoco tendrá una continuación. Por lo demás: Gracias.

Salutes gente

Anónimo dijo...

He dicho que como "sugerencia" podías incluir a un personaje femenino en esta historia. Podrías llamarla maléfica y si quieres también metemos al jardinero. Pero si entra ese, que male no salga de la misión.

Y por cierto, estoy investigando yo y mi yo sobre ese blog secreto. Me han dicho que en ese cuelgas fotos con sonrisa.

juanba dijo...

jajajaja...

Ya has visto muchas fotos mías con sonrisa, no te podés quejar!

Salutes

Adriano dijo...

Advierto en este post una palabra que es de la familia de "fluorescencia", mencionada en algunos otros escritos recientes, lo cual me lleva a suponer algo que también me sucede a mí: a veces, releyendo mis posts, noto que en un breve lapso de tiempo hay palabras (o familias de palabras, o expresiones) que repito de post a post, lo cual me hace pensar que hay un ser con sus circunstancias y que ciertos vocablos-conceptos pugnan por ocupar un lugar en cualquier tipo de manifestación que hagamos.

Al margen de esto, rescato la dinámica del relato y ese desenlace que pareciera no ser tal. La lecto-escritura de ciencia ficción siempre ha constituido un punto débil para mí, pues requiere mucha descripción, mucha sorpresa; pero no una descripción y una sorpresa cualquiera, sino una capaz de aprehender lo desconocido, incorporándolo a lo cotidiano.

Este post tiene, justamente, eso: lo trascendente y llamativo, vinculado con algunos aspectos biográficos de su autor. Felicitaciones por haber logrado esa síntesis...

juanba dijo...

Gracias Adrián. Con respecto a eso de las palabras que repito de escrito a escrito es verdad, pasa que trato de encontrar sinónimos una vez que los termino y edito, pero por lo visto algunas palabras no tienen reemplazo, o los que hay no me gustan como quedan en el texto final, "fluorescencia" es una de ellas.

El post trató de ser sintético, sin contar demasiado, tratando de dejar "en el aire" al que lo lee. Es que ultimamente parece que estoy dejando a la gente que pasa por aquí con ganas de más...

:)

Salutes

Anónimo dijo...

No te compliques!
Yo no quiero que pongas sinónimos.
E l us
o incorrec to de la pala
bra es el des
g
aste de la propia
vida.

SkinHead dijo...

me suena familiar....jeee
saludos

juanba dijo...

Luthien: Uppss, parece que no te enteraste, lamento contarte que no hay una segunda parte. Y por las dudas preguntes: para el post anterior tampoco...

:)

Dardo: No me digas que a vos también te pasó lo mismo... Y si es así lo hablamos en privado, acordate que la organización no permite que toquemos estos temas en público.

Salutes

Anónimo dijo...

Para que leugo digas que soy la única que reclama segundas partes!

Johnymepeino dijo...

Acabo de entrar y ya albergo más dudas que el manual ese de Da Vinci. ¿Cómo lograr el complemento del post?. :D

juanba dijo...

Carol: No, no sos la única. Pero como verás a todos les contesto igual: no hay segunda parte.

Luthien: A mi no me digas nada, yo soy el CEO de esta empresa, los temas legales los tendrás que manejar directamente con el Departamento de Asesoría Letrada de deuxmachine.

(Ya dejando de lado los términos empresariales y hablando en criollo por si no te quedó claro: Esos temas los tratás con mis abogados)

:D

Johnymepeino: Antes que nada bienvenido. La respuesta a tu inquietud te la puedo resumir en 6 palabras: No soy familiar de Dan Brown.

:)

Salutes gente y gracias por pasar.

Anónimo dijo...

No te insisto más.
Pero sabes que siempre esperaré una segunda parte..
Ahora espero impaciente tu nuevo escrito!

Un saludo lomoo!!
pd-Lomo=guapetón

Sin presiones...
Que aunque me quede muda, conservo los ojos y esos pueden esperar!!!

juanba dijo...

Gracias guapa. Veremos si fluye algo esta semana.

Salutes