Tocan al timbre de mi casa. Me asomo por el balcón. Los veo, son ellos que ya me pasan a buscar. Les hago señas que me esperen un minuto, que enseguida bajo. Yo no los busqué, ellos me encontraron, a eso se dedican me dijeron. Uno de los cuatro me dijo que la gente que lleva el alma teñida de color azul es fácil de localizar.
El propósito de su visita es llevarme a un lugar lejos de aquí, lejos de ella. Me juraron que jamás me traerían de vuelta. Me explicaron que mucha de la gente que desaparece a diario sin dejar rastro es debido a ellos, a su misión en este mundo, y que últimamente hay demasiada gente con el alma azul.
En el lugar al que me llevarán todo será distinto, prometieron. Allí ya no habrá melancolía ni soledad por lo que el alma de a poco recupera su color original, es decir ninguno, o mejor dicho, la combinación absoluta de todos los demás. Lo único que necesito llevar conmigo, aclararon, es una muda de ropa y una foto de ella.
Una foto de ella.
Elijo una entre todas. Esa sonrisa que me pierde. Ella que me pierde. Ella a la que no logro encontrar en nadie más.
- ¡Yo pensé que tu casa era un depósito de juguetes! –dijo con una frescura que tiñó aquel instante de inocencia, más allá de lo cómico de la suposición.
No pude evitar reírme en el momento en que me lo dijo, así como tampoco pude evitar la tristeza hoy de mañana al despertarme cuando me vino al recuerdo aquella, una de nuestras primeras charlas un día cualquiera en el camino de vuelta del trabajo.
Tardé en salir de la cama (es Domingo) y traté de que la tristeza que me provocó aquel recuerdo del depósito de juguetes se fuera rápidamente. Entré al baño, abrí el grifo del agua fría, me lavé la cara y miré el agua correr por el drenaje. Ayer un vecino me preguntaba si sabía exactamente hacia dónde iba el agua de las cañerías de mi casa. Ni la más pálida idea de lo que éste hombre me preguntaba. Todo lo que no entiendo viene de otros tiempos. A esta casa la levantó mi abuelo allá por 1920 y dudo que alguien por estos días conozca el sistema circulatorio que conforman las cañerías que corren dentro estas paredes, bajo estos pisos de lo que pronto estará por convertirse en un depósito de juguetes abandonado.
18 comentarios:
sabes si hay una sede de ESE lugar, acá por estos pagos?
habrá funcionado?
Jime: El lugar es uno solo y llevan gente de todo el mundo. No sé si funcionará. ¿Vos también con el alma azul?
Salutes
Tuve que borrar el mensaje anterior porque tipeé al revés. Hoy estoy dormida :)
Te decía que el texto me condujo a Peter Pan...
Magic: ¡No me digas que plagieé algo de esa historia! No llego a relacionar mi escrito con Peter Pan, igualmente no recuerdo nada de esa historia, si me querés contar como el texto te condujo a ella...
Salutes
La introducción de tu texto: asomarse al balcón, que te lleven lejos de aquí...De inmediato se me representó la imagen del cuento de mi hijo: Peter Pan en la cornisa de la ventana, invitándonos dulcemente a viajar hacia un lugar desconocido. Tierna historia.
Saludos :)
ah. me carcome la intriga.
no se si azul. mutando de uno al otro. indefinido por ahora. me sigue carcomiendo la intriga. como seguira?
Maga: Ahora veo la semejanza, aunque el mío es un poco más "urbano" no? :D
Jime: Hmmm, andá dándole vos un final en tu cabeza porque este no continúa.
Salutes
Es fácil, el agua siempre se junta en el mismo sitio.
Y jamás podrá haber un deposito de juguetes sin juguetes, porque eso pasaría a llamarse almacén abandonado y con el tiempo: trastero.
De eso nada!!
Ya estoy aquí!!!
Carol: Hola pequeña! Sí, vos estás aquí, es verdad. Pero un depósito de juguetes abandonado sigue siendo un depósito de juguetes abandonado, no por carecer de juguetes sino por ser algo triste e inútil en sí mismo.
Un abrazo!
:(
:)
jaja entre porq a mi tmb me dicen juanba, q loco jajjaa...
encima te gusta radiohead, bien...
Siempre soñé con entrar a una enorme juguetería y quedarme allí toda una tarde, viendo los muñecos y divirtiéndome con ellos tal como lo he podido hacer cuando era pequeño.
En una historia que jugué, tuva la oportunidad de crear un mundo con muñecas y muñecos que reflejaran a personas en la vida real, que fueran la versión en juguetes de seres humanos reales y concretos.
Los juguetes pueden tener una connotación triste por lo inévitable de un depósito...Pero también un sentido alegre, el que hace divertir a los niños, esencia que perdura muchas veces en el espíritu de toda persona.
Un abrazo, Juan...
JB: ¡Saludos tocayo!
Adrián: Experimental el texto, una mezcla de cosas, no tiene una línea definida, sólo salió eso.
Tomo tu visión de los juguetes, la ilusión que nos hacían de niños. Abajo de mi casa hay una juguetería (por eso que "ella" hubiese pensado que la parte superior era un depósito) y a veces me quedo viendo la vidriera a ver qué se ve por estos tiempos...
Un abrazo.
Muchas felicidades, Juan!
Un beso
¡Qué bien escribes! Cada uno de tus posts es una maravilla por descubrir. Me encanta.
Un abrazo,
Marta
Maga: Más felicidades para vos.
Marta: Hey gracias! No seas modesta por tu parte, he leído cosas tuyas que me han, por así decirlo, impactado bastante.
Salutes a ambas!
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