En una intersección, tarde a la madrugada, 3:00 a.m. aproximadamente.
- ¡Pelotudo! ¡Mirá lo que le hiciste a mi auto! ¡Sos un pajero!
- ... (el hombre tranquilo mira detenidamente los daños en ambos coches sin decir palabra)
- Uhhh, no... Esto no se arregla con guita, yo te mato. ¡Te mato hijo de puta! ¡¿Me oís?!
- Tranquilícese y cuide sus palabras. No me insulte, por favor.
- ¡Lo concha de tu madre! ¡Hijo de una camionada de putas! ¡¿No ves el frente como me lo dejaste?! ¿La óptica izquierda? ...Este, para tu conocimiento, ¡es un auto importado!. ¡Pelotudo! ¿Sabés lo que cuestan hoy en día los repuestos y el arreglo para todo esto? ¡Ni tu puto seguro lo cubrirá, boludo de mierda!
- Mi auto no está asegurado, pero por el dinero no se haga problema, y le repito, mida sus palabras. No me saque de mis casillas, por favor.
- ¡La concha de tu hermana que mida mis palabras! ¡Puto del orto! ¡Te voy a cagar matando...!
El hombre ofuscado camina nuevamente hacia su auto, abre la puerta del lado del acompañante, busca nerviosamente algo en la guantera.
- ¡Y encima me decís que no estás asegurado! ¡Qué cornudo! ¡Es el colmo!
Le hace una última pregunta a la vez que encuentra finalmente su revolver en el fondo de la guantera.
- ¿Y quién mierda sos vos para no estar asegurado?
Las últimas palabras que escuchó antes de que la bala ingresara por entre sus cejas fueron el nombre y apellido del hombre tranquilo.
- Kaiser Soze.
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