En algún tribunal en lo civil.
- ¿Y hasta qué hora duró el suplicio?
- Hasta pasadas las 5.30 a.m. señor juez... La música a todo volumen... -respondió acongojada la víctima.
- Entiendo -dijo el juez.
- Pero su señoría, mi defendido tenía el permiso del administrador del edificio para organizar la fiesta ese día por ser su cumpleaños, los vecinos estaban debidamente notificados... -dijo el abogado defensor.
- Eso es verdad, yo habia sido notificada -dijo la víctima- El hecho que organizaran la fiesta en sí a mi nunca me molestó, después de todo al otro día era Domingo, pero lo que nunca me imaginé fue lo de la música...
- Su señoría, se supone que en toda fiesta hay música, no sé qué es lo que le extraña tanto a la parte acusadora -alegó el abogado defensor.
- ¡Es que la música era cumbia! -vociferó a viva voz la víctima mientras rompía en lo que parecía ser un inconsolable llanto.
El juez arrugó su cara en una mueca de espanto. Los presentes en el tribunal soltaron un "oooohhhh" al unísono.
- Ahhh no, haberlo dicho antes mujer... -dijo el juez- Se condena al acusado a destruir todos sus discos compactos de esa porquería enfrente a todos sus vecinos en la próxima reunión de consorcio que se lleve a cabo en el edificio.
- ¡Gracias su señoría! ¡Gracias! -exclamó ya recompuesta la víctima.
- ¡Ningún gracias que esto no termina acá! -sentenció el juez- A usted la condeno a 24 horas de servicio comunitario en tareas que ya se le asignarán oportunamente, esto por haber mal usado y, hasta se puede decir defenestrado, a la palabra "música".
Caso cerrado. Consta en actas. Archívese. Que siente jurisprudencia. Será justicia.
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